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Un día en Doha, la capital de Qatar

Situada en una pequeña península del Golfo Pérsico, Doha, con cerca de dos millones de habitantes, es la capital de Qatar, un país cuyas enormes reservas de gas y petróleo le han llevado, en los últimos años, a la primera línea del turismo de lujo, negocios, y en definitiva, a ser uno de los países más ricos del mundo.  

 

Puede que Qatar no sea un destino turístico al uso, pero si una parada frecuente en los vuelos de larga duración desde Europa, y dado que Doha se encuentra a tan sólo 40 minutos de Dubai, decidí ir a pasar un día para descubrir si realmente merecía la pena su visita.





La primera palabra que se me ocurre al pensar en el Aeropuerto Internacional Hamad, inaugurado en 2015, es lujo...es cierto que los aeropuertos de esta zona suelen ser de por sí bastante suntuosos, pero este parecía haber ido un paso más allá...palmeras, perlas, construcciones inspiradas en el agua, joyerías, tiendas de las grandes marcas...y lo que es más sorprendente, una parte importante del aeropuerto había sido construida en islas artificiales ganadas al mar, algo curioso teniendo en cuenta que la mayor parte de Qatar se encuentra desierto.


Tras pasar el control de inmigración y obtener mi visado qatarí (tramitable allí mismo previo pago, con tarjeta de crédito, de 20$) me dirigí a la salida en la que ya me esperaba una interminable fila de taxis de color azul. Dado que el transporte público parecía inexistente, y que el precio de los taxis es bastante aceptable, tomaría uno que en 15 minutos me dejó junto al Museo de Arte Islámico, ya en el centro de Doha, para comenzar mi visita por la ciudad.


Que Doha es una ciudad ''nueva'' es algo que se percibe desde el primer momento...a excepción de la zona del zoco y algunos puntos cercanos al puerto, que descubriría más tarde, la mayor parte de barrios, monumentos, mezquitas y lugares representativos son de reciente construcción. Prueba de ello es el mencionado Museo de Arte Islámico, mi primera parada.





Inaugurado en el año 2008, es considerado una de las ''joyas'' de la ciudad, gracias a su importante colección de arte islámico que abarca desde manuscritos del siglo VII hasta las obras más recientes, del siglo XIX, de origen persa, egipcio, otomano y hasta andalusí. Lo cierto es que el edificio cuida hasta el más mínimo detalle...además de sus obras, su estructura, inspirada en la mezquita egipcia de Ibn Tulun, los jardines de los alrededores, las fuentes, y la proximidad al mar hacen de esta una visita obligada en la ciudad.


Tras recorrer el museo durante un par de horas y desafiando el calor (la temperatura rondaba ya los 40º) continuaría caminando a través del Corniche, o paseo marítimo, una de mis zonas favoritas de la ciudad, encontrándome con algunos de los elementos más representativos de Doha, como sus barcas de pescadores o el Monumento de la Perla, ambos tan importantes en la economía local años atrás.





Pronto llegaría caminando a la zona del zoco principal, el Souq Waqif, el lugar más visitado de Doha y posiblemente, el más auténtico. A pesar de haber sido recientemente renovado, la mayoría de sus construcciones datan de finales del siglo XIX, por lo que es posible disfrutar de la arquitectura local, al tiempo que pasear por sus callejones repletos de tiendas con artesanía, especias, telas, souvenirs de la ciudad, restaurantes y cafetines en los que grupos de locales disfrutaban de la tradicional sisha.



Doha, Qatar,


En apenas una mañana ya había visitado el museo y el zoco más importante de Doha, por lo que me faltaba el tercer elemento fundamental en toda ciudad musulmana: la mezquita, y para ello, tras tomar algo en el zoco, cogería otro de los llamativos taxis azules en dirección a la Gran Mezquita de Doha, conocida como ''La Gran Mezquita del Estado'' o también ''Imam Muhammad Ibn Abdul Wahhab Masjid'', a la que llegaría en 10 minutos. 



Doha, Qatar,


Lo que más me llamó la atención de la mezquita fue su ubicación...en mitad de la nada (lo cual hace imprescindible el taxi para acceder a ella) y las vistas que desde allí pueden contemplarse, ya que al estar algo elevada, es posible apreciar el ''skyline'' con los rascacielos de la ciudad. 


El templo en sí es otra de las joyas de Doha...quizás al ser nuevo le falte ese encanto de las mezquitas antiguas, pero su decoración, alfombras, lámparas...y la amabilidad de la gente, que no dudarán en ofreceros agua, té o regalaros libros sobre el Islam, hacen de esta otra visita imprescindible en la ciudad.


Desde la mezquita, continuaría mi recorrido caminando en dirección al centro financiero, donde se encontraban los grandes rascacielos y edificios futuristas que simbolizan el nuevo poderío económico de la ciudad, encontrándome por el camino con decenas de urbanizaciones, instalaciones deportivas o complejos de oficinas a medio construir, indicativo de que el crecimiento de la ciudad seguía en plena ebullición.





Tras un par de horas fotografiando los edificios más singulares, entre los que se encontraban ministerios, centros de convenciones, hoteles de lujo o centros comerciales con precios prohibitivos, vería atardecer junto al paseo marítimo, desde el que cogería el último taxi azul del día rumbo al aeropuerto, dando así por terminado mi recorrido por la ciudad.


Doha era exactamente como me la había imaginado, una ciudad ''nueva'', repleta de lujo, ostentación...pero a la vez agradable, segura, cómoda para el visitante, y cuyos máximos atractivos podemos visitar fácilmente en un día...si vuestro vuelo hace escala en Doha...no os quedéis en el aeropuerto y salid a conocerla! sus zocos, museos, mezquitas o paseo marítimo merecen una visita.




Ubicación de los sitios que ver en Doha



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