Irán ha sido uno de los destinos que, para bien, más me ha impactado. Ya sea por su patrimonio cultural, arquitectura, historia, gastronomía o por el buen hacer de su gente (que aunque suene a tópico, aquí es una realidad) viajar a Irán es una experiencia única en todos los sentidos.
Lejos de la imagen que muchos medios de comunicación quieren dar sobre el país, Irán es un destino seguro, accesible para el turista, con una red de transportes más que correcta y con multitud de lugares de interés.
Sin embargo, a día de hoy sigue siendo un destino ''desconocido'', del que no hay demasiada información, por ello antes de relataros mi experiencia en el país, voy a tratar algunas de las cuestiones más importantes a tener en cuenta a la hora de preparar un viaje a Irán.
Cuándo ir. La mejor época para visitar Irán es primavera u otoño. El verano puede resultar muy cálido, y en invierno las temperaturas llegan a descender bastante, en especial en regiones de montaña, donde puede haber nevadas que dificulten los desplazamientos.
Conseguir el visado. En la actualidad es posible obtener el visado iraní a nuestra llegada al país, siempre que lo hagamos a través de alguno de sus aeropuertos internacionales (Teheran, Tabriz, Isfahán, Shiraz, Mashad o Mehrabad). Para obtenerlo necesitaremos que nuestro pasaporte tenga, al menos, 6 meses de validez (y que no tenga sellos de Israel), una foto de tamaño carnet, seguro de viaje internacional (que podemos obtener en Irán al momento de hacer el visado) y documentos que acrediten la duración de nuestro viaje (billete de vuelta de avión y reserva de algún hotel). Una vez presentados estos documentos, y tras pagar la tasa de 70€, obtendremos 30 días de estancia en el país.
Las tarjetas de crédito o débito a las que estamos acostumbrados (Visa, Mastercard..) no funcionan ni para pagar en los comercios ni para sacar dinero de los cajeros. Por ello necesitaremos llevar todo el dinero que vayamos a gastar en efectivo, ya sea en euros o dólares, que posteriormente cambiaremos en alguna casa de cambio, presentes tanto en aeropuertos, estaciones de tren o autobús, como en el centro de las ciudades más turísticas.
La moneda iraní es el rial. A día de hoy (septiembre de 2018) 1 euro equivale a 48.932 riales, aunque es una moneda que suele fluctuar mucho, por lo que es recomendable que echéis un vistazo al tipo de cambio en el momento justo de realizar el viaje. Una curiosidad es que los iraníes suelen decir los precios en tomanes en lugar de riales (1 toman = 10 riales) lo que viene a ser el precio en riales con un cero menos. Esto se debe a que el valor del rial provoca que muchos precios asciendan a cientos de miles de riales, por lo que usar el toman ayuda a simplificarlo.
Vestimenta. Irán es un país bastante conservador, por lo que es necesario tener en cuenta algunas normas a la hora de vestirnos. Las mujeres, incluídas extranjeras, deben llevar la cabeza cubierta siempre que esté en lugares públicos. Para ello es necesario un pañuelo, independientemente del color, que cubra la nuca y el cuello, y escotes o prendas como faldas cortas, camisetas sin mangas o por lo general, ropa ajustada, no son recomendables. Para los hombres, aunque las limitaciones son menores, se recomienda seguir igualmente el último punto, evitando camisetas de manga corta, pantalones cortos o prendas ajustadas.
Fotografías. Por lo general los iraníes son bastante permisivos y no ponen ningún problema a que los extranjeros fotografíen mezquitas, plazas, mercados u otros puntos de interés, por lo que simplemente os recomendaría utilizar el sentido común y fotografiar todo aquello que a nosotros no nos importaría que fotografiaran los extranjeros que vienen a nuestro país.
Transportes. A pesar de que Irán es un país con grandes distancias y un relieve muy accidentado, la red de transportes entre sus principales ciudades es muy eficiente. Aunque muchos extranjeros se decanten por tomar vuelos internos, que pueden llegar a ser muy económicos (entre 25€ y 50€) personalmente os recomiendo los autobuses. Son cómodos (los servicios vip cuentan con asientos reclinables y comida incluída en los trayectos largos), muy económicos (por lo general el billete cuesta 1€ por hora de viaje) y nos permite disfrutar de la diversidad de paisajes que tiene Irán.
Precios. Por lo general Irán es un país bastante barato. Comer en un restaurante (dos platos y postre) puede salir por unos 6€ por persona, un billete de metro en Teherán por 0,15€, un viaje de media hora en taxi por unos 3€, dormir en una habitación compartida por no más de 10€, en un hotel con habitación privada por no más de 30€, y la entrada a un lugar de interés (mezquita, palacio..) unos 5€.
Internet. Aunque es fácil acceder a internet y la mayoría de hoteles y albergues cuentan con zona wifi, hay muchas páginas web (y redes sociales) que están censuradas. Por ello, a no ser que queráis desconectar unos días del mundo digital (lo cual también es una opción) os recomiendo que os descarguéis una VPN antes de llegar al país (ya sea para vuestro ordenador, móvil o tablet).
Idioma. Aunque el farsi sea el idioma oficial del país, lo cierto es que no tuve ningún problema a la hora de comunicarme. El inglés está mucho más extendido de lo que imaginaba, en especial entre la gente joven, y siempre encontraréis a alguien que lo habla en hoteles, restaurantes o lugares de interés turístico.
Irán es un país que no presenta grandes problemas a la hora de preparar un viaje, especialmente tras la posibilidad de obtener el visado turístico a nuestra llegada. Ya sea para un viaje en solitario, con pareja o con amigos, es un destino que no me cansaré de recomendar, y es que ciudades como Shiraz, Isfahán, Persépolis, Yazd o Teherán hacen de este uno de los países más bellos e interesantes de Asia..
...Hasta pronto Irán!
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