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Argel. Mi experiencia en la capital de Argelia.


A pesar de su cercanía a España, Argelia es un destino que rara vez nos planteamos visitar. La inseguridad e inestabilidad política del país, ha hecho que en los últimos años aparezca en la prensa por noticias relacionadas con secuestros y actos terroristas, y por si fuera poco, los trámites para la obtención de su visado turístico son caros y suponen un verdadero dolor de cabeza.


Sin embargo, durante mi etapa de auxiliar de vuelo, tuve la oportunidad de pasar 48 horas en Argel, su capital, una ciudad de más de 2 millones de habitantes de la que, más allá de su pasado colonial francés, apenas se suele saber nada...y es que parece mentira que esté a poco más de 300 Km de la costa española. 



Argel, Argelia,


Lo primero que me llamó la atención de Argel, ya desde el aeropuerto, fue la constante presencia policial. Durante la media hora de trayecto hasta el hotel conté hasta 5 controles, en los que se revisaban al azar los bajos y maleteros de los vehículos, mientras un policía a cierta distancia encañonaba con su arma al conductor. Este ambiente me acompañó durante el resto del viaje, y es que al llegar al hotel las medidas de seguridad fueron incluso mayores. Un muro alrededor de las instalaciones, una barricada con bolardos en cada entrada, policía, seguridad privada...algo que no transmitía nada bueno sobre la situación del país.


Ya en recepción, pregunté por posibles actividades que hacer en Argel, mejor forma de ir al centro...y la recomendación fue clara: lo mejor que podía hacer era quedarme en la habitación. La mayoría de visitantes eran empresarios que iban a hacer negocios al país, por lo que contaban con conductores privados, y la oferta turística era inexistente. Por eso recurrí a la única alternativa que tenía: llamar a un taxi y pedirle que me llevara a los sitios más destacados de Argel. El conductor aceptó de pleno, y por 30€ al cambio, me hizo un tour de 4 horas, en el que nos detuvimos en los lugares más emblemáticos, al tiempo que me contaba detalles e historias de la ciudad.



Argelia, Argel,


El primer lugar al que fuimos es al Monumento de los Mártires, uno de los más icónicos de Argel. Inaugurado en el año 1982, conmemora la guerra de independencia de Argelia, acontecida entre los años 1954 y 1962, que acabaría con más de 100 años de colonización francesa. Lo que más me gustó del monumento, más allá de su arquitectura, fue la ubicación. Al estar en lo alto de una colina, desde sus alrededores podía verse la panorámica de buena parte de la ciudad.


Ya en el centro de Argel, empezamos a callejear por grandes avenidas repletas de edificios de estilo francés...fachadas blancas, azules, pórticos monumentales...había momentos en los que me parecía estar al otro lado del Mediterráneo, recorriendo una ciudad del sur de Francia. Sin embargo, algo que percibí fue una cierta sensación de decadencia. El olor, desorden, falta de limpieza, edificios en ruinas...parecía que la ciudad, a pesar de su potencial, no tenía ningún interés en preservar su estética y convertirse en un destino turístico.



Argelia, Argel,


Uno de los lugares más emblemáticos del centro es la Plaza de la Grande Poste, rodeada de hoteles y jardines, en la que se encuentra el edificio más conocido de Argel (y que da nombre a la Plaza): la Grande Poste. Construido en 1910, es el mejor ejemplo de arquitectura neomudéjar de la ciudad, destacando por sus arcos exteriores, fachada blanca impoluta, y un techo de diseño repleto de mosaicos. Dado que es la sede de la Oficina de Correos, para visitarla tenemos que acudir de domingo a jueves en horario laborable, y lo cierto es que es uno de los lugares más bellos y mejor cuidados de la ciudad.


A pocos metros de allí se encuentra la Calle Angkor y el Paseo Marítimo, una de las zonas más agradables de Argel. Paseando en dirección norte nos encontramos con las terminales desde las que parten los ferrys a Alicante o Marsella, la estación de tren, la Plaza de los Mártires o la Gran Mezquita, una de las más antiguas de África.



Argelia, Argel,


Cuando ya pensaba haberlo visto todo en Argel, el taxista comenzó a subir una montaña en dirección norte, atravesando barrios que parecían estar muy alejados de las grandes avenidas del centro. Fue para llegar a una de las grandes sorpresas de la ciudad, la Basílica de Nuestra Señora de África. Construida en estilo neobizantino entre los años 1832 y 1872, es sin duda uno de los templos más bellos que he visitado. Me sorprendió que en un país tan aparentemente musulmán y con tan poca presencia extranjera, existiera un templo católico de tal belleza, que además pareciera recién restaurado. Al igual que en el Monumento de los Mártires, la ubicación de la basílica permitía disfrutar de unas vistas excelentes, siendo el final perfecto a mi recorrido por Argel.



Argel, Argelia,


En conclusión, parece evidente que Argelia no es un destino turístico al uso, y que la situación actual del país no parece la idónea para recorrerlo en profundidad...no obstante, si tenéis la oportunidad de visitar su capital, no debéis desaprovecharla. Sus arquitectura, templos, museos y pasado colonial os acercarán a un lugar repleto de historia, y muy diferente a las ciudades más turísticas del norte de África.




Ubicación de los sitios que ver en Argel




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